Fernando Vidal Osmos, un personaje aparentemente psicótico desde una enigmática cueva o mundo subterráneo, hace vivencia de su condición onírica de un mundo que lo mantiene preso de la realidad y aprovecha en una técnica surrealista y simbólica, deshacerse de una trama que lo involucra en una relación incestuosa con su hija Alejandra Vidal. 

 

Estos personajes retomados de la novela en una versión dramatúrgica y de creación libre proponen, un espectáculo también de manera simbólica y surrealista una reflexión en torno al mundo oscuro y de tinieblas que aprisionan al hombre moderno. 

 

Construido el espectáculo a partir de espacios escénicos lumínicos, propone el adentrarse en el mundo psicológico del personaje; utilizando música incidental y aleatoria para enfatizar los tránsitos dramáticos que vive Fernando Vidal en su premonitorio estado de lucidez mental y proximidad a la muerte. 

 

Está construído sobre la noticia de una crónica policial donde finalmente Alejandra Vidal, termina con la vida de su padre Fernando Vidal, prende fuego a su apartamento y luego se suicida, con el argumento de un acto de catarsis y purificación del mundo y del incesto, del crimen.